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Aprendiendo


Carlos Octavio Llamas Rivas

 

     El tiempo me lo dijo y no lo escuché, y después aprendí la diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y uno va aprendiendo con el paso del tiempo…

     Uno aprende que un beso no es un contrato, que los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas, a aprender que para construir un futuro se necesita poner los cimientos hoy, pues el terreno de mañana parece demasiado inseguro para hacer planes…

     Y después de un tiempo uno aprende, que cada uno planta su árbol y adereza su alma, pues nadie vendrá a traernos el fruto de ese árbol. Y uno aprende que la vida no es fácil, pero que no somos débiles, que valemos, que sentimos, que somos…

     Y uno aprende, cada día uno aprende, con el tiempo comprendes que si estás con alguien porque te ofrece un buen futuro, tarde o temprano necesitarás volver al pasado; en cambio, quien te ama con tus defectos y virtudes sin intentar cambiarte te dará toda la felicidad que deseas…

     Con el tiempo aprendes que un amigo lucha por los amigos, para juntos seguir adelante, y que no siempre el que crees que es tu amigo en realidad lo es…

     Uno aprende que todos podemos disculparnos, pero que no cualquiera perdona, sólo las grandes almas. Con el tiempo te darás cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día añorarás aquellos que dejaste ir; que cada experiencia es irrepetible, y que lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo te darás cuenta de lo que tuviste y nunca valoraste…

     Con el tiempo uno aprende, uno aprende a vivir, a pedir perdón, a amar, a ser amigo, a valorar, a ser feliz…

     Pero como lo dice Jorge Luis Borges: “Desafortunadamente sólo con el tiempo…”  

 

 

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