2 de octubre de 1968 no significa nada para los jóvenes de hoy, por lo menos para los jóvenes del Teul. ¿Qué sucedió ese día? Pocos saben. 3 de 60. Y de lo que pasó se conocen ambigüedades: una manifestación, una masacre de estudiantes. ¿Por qué sucedió? ¿Quién cometió esa masacre? ¿Qué sucedía en ese mismo año en otras partes del mundo? No hay respuesta a preguntas como esas.
2 de octubre sí se olvida. Ya se olvidó. Padecemos de amnesia histórica. La mente de la juventud está concentrada en lo inmediato, en lo placentero de lo cercano. Los adultos no sé en qué andemos, porque la juventud actual es espejo de lo que hemos construido las generaciones anteriores, con tantas cosas en contra, por cierto: manipulación de los medios masivos de desinformación, propaganda consumista, crisis de valores, crisis económica que nos empuja a resolver las necesidades básicas, en descuido de otro tipo de necesidades, como las afectivas, de convivencia, de participación social y de autorrealización.
Los profesores de bachillerato tenemos que empezar por alfabetizar en cuestiones básicas. Empezando por nosotros. ¿Cuántos profesores se acuerdan del 2 de octubre? ¿Para qué hacer memoria? Por lo pronto, encargué a los estudiantes que busquen información sobre la situación de esa época, lo que pasó, los motivos y propósitos de los estudiantes, lo que lograron y lo que perdura en la actualidad de aquella jornada de 1968.
