Paulo Freire: la vida como escuela de la libertad
"Nadie ignora todo, nadie sabe todo. Todos sabemos algo. Todos ignoramos algo. Por eso, siempre aprendemos”.
Paulo Freire creía en el ser humano. Por eso quiso ser educador. Frente a un modelo educativo que enseña obediencia, sumisión, repetición y memorización de ideas sin sentido, que prepara ciudadanos pasivos y sin criterio propio, Paulo Freire soñó que la educación podía ser un medio para ayudar a formar otro tipo de personas. La educación tiene que ser una obra de liberación y de esperanza.
Paulo Freire creyó en el sueño de que la educación es aprender a vivir, a comprender la realidad, a dejar el egoísmo para unirse con los demás en todo aquello que nos humaniza y luchando contra lo que deshumaniza.
Educar es crear, inventar, platicar, resolver problemas en reflexión y solidaridad. Educar es reinventar la vida, para que cada persona tenga la oportunidad de cultivar lo mejor de sí mismo y el mundo se vea enriquecido con el aporte insustituible que cada quien puede hacer.
Paulo Freire, educador que creyó en la libertad, en la autonomía creadora, en el diálogo como experiencia donde todos aprendemos de todos, en la democracia como vivencia de fraternidad y trabajo en comunidad.
Hoy traemos a la memoria a quien sigue vivo entre nosotros. Paulo Freire, maestro humilde, amoroso, sembrador de la esperanza, brasileño de nacimiento, universal por herencia. Hoy, 2 de mayo, cuando se cumplen 11 años que su corazón dejó de latir de tanto amar a la humanidad.
Paulo Freire, su ejemplo, sus enseñanzas y sus ideas siguen actuando y reflexionando la vida nueva que diariamente, terca, se opone a los signos de muerte, opresión y desesperanza que el egoísmo y la avaricia esparcen por el mundo entero, como queriendo apagar las luces de alegría y de liberación que son el sentido de la vida.
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Yolanda Zavala Miranda -
Yolanda Zavala