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René Descartes

René Descartes

 

Nació en Francia el 31 de marzo de 1536 y murió el 11 de febrero de 1650.

A René Descartes la escuela le enseñó que había que aprender muchas cosas y descubrió que el mejor modo de hacerlo era a través de la investigación. Una investigación libremente elegida y con un rumbo definido, es decir, un método. Y descubre cuatro reglas básicas de su método de investigación:[1]

1. El llamado precepto de la evidencia (o también, de la duda metódica): No admitir nunca algo como verdadero, si no consta con evidencia que lo es, es decir, no asentir más que a aquello que no haya ocasión de dudar, evitando la precipitación y la prevención.

2. El precepto del análisis: Dividir las dificultades que tengamos en tantas partes como sea preciso, para solucionarlas mejor. Hay que añadir que buscar el problema más simple relacionado con nuestro propósito, equivale a plantearse el problema más general y básico, de cuya solución dependerá la de los sucesivos.

3. El precepto de la síntesis: Establecer un orden de nuestros pensamientos, incluso entre aquellas partes que no estén ligadas por un orden natural, apoyándonos en la solución de las cuestiones más simples (que Descartes llama "naturalezas simples") hasta resolver los problemas más complejos a nuestro alcance.

4. El precepto de la comprobación: Hacer siempre revisiones amplias para estar seguros de no haber omitido nada.

Es considerado el filósofo de la duda, porque creía que había que antes de aceptar como verdadera cualquier idea, primero había que discutirla racionalmente. Parece seguirnos diciendo: no des nada por obvio, examina a fondo las razones, no te dejes convencer fácilmente, piensa bien las cosas, siempre hay mejores ideas, busca las tuyas, forma una mente libre y un criterio propio. Piensa, piensa, ante todo. Piensa por ti mismo.

Leamos las propias palabras de René Descartes:

“… tan pronto como la edad me permitió salir de la sujeción de mis preceptores, abandoné por completo el estudio de las letras. Y resolviéndome a no buscar otra ciencia que la que podría encontrar en mí mismo o en el gran libro del mundo, empleé el resto de mi juventud en viajar, en ver cortes y ejércitos, en frecuentar gentes de humores y condiciones diversos, en recoger experiencias distintas, en probarme yo mismo en las ocasiones que la fortuna me proporcionaba y en hacer en todo momento tal reflexión sobre las cosas que se presentasen que pudiese sacar de ellas algún provecho.”[2]

¿Qué les parece? Buscar la verdad que hay en sí mismo y en el gran libro de la vida. Observar, escuchar, preguntar, salir a otros lugares, reflexionar en todo y sobre todo para sacar de cada experiencia algún provecho humano.



[2] René Descartes, Discurso del Método, Primera Parte

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