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        La felicidad se escurre de mis manos, trato de detenerla pero ya no voltea, quiero aferrarme a ella pero no me desea como yo a ella, quiero sentir la suavidad que me inspira, la alegría que me brota cada que estaba junto a mi.

 

        Todo en esta vida pasa y no es en vano, tal vez era el tiempo que se alejara de mi, que me dejara sola y triste sin consuelo alguno, sin una sola sonrisa en mi boca. Solo me quedan lágrimas que corren por mis mejillas y una soledad inmensa. Trato de safarme de este vacío y no puedo, lloro sin consuelo y me quedo sola sin pensamientos.

 

         Cada vez más caigo en una oscuridad que me nubla el ama, que me ciega la mente y ensordece el corazón. Siento que necesito de ella, por que ciento morir, cada vez más constante y rápido como una estrella fugaz.

 

         Solo deseo que vuelva para poder vivir feliz, para sentir lo que tanto me gusta y volver a sonreír.

       

DIANNA SALAS VELASCO

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