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Qué solos que quedan los muertos

Ana Laura Cortés Llamas

Si nos detenemos un momento frente a un cadáver, ¿cuántos de todos aquellos a quienes saludó en su vida han de elevar una plegaria, por alguien que para nosotros ha dejado de existir? Obviamente el dolor más intenso nace en quienes más lo quisieron, y para nosotros ¿qué es es cadáver? Tal vez pueda ser sólo a quien hay que cerrar sus ojos aún abiertos, o a quien si cobijas o no. Que importa no tiene frío, si le hablas, para qué, ni te escucha, no es necesario estar con él, lo único que interesa es rendirlo unos momentos según sus méritos en la vida. Sin embargo, hay quienes aún pueden escuchar y sólo se percatan a oír. Quienes aún sienten frío siguen sentados pensando en lo mal que la vida les ha tratado. Siguen esperando, muertos en vida, a que les vaya un día mejor, y lo peor del caso es que no se dan cuenta de quienes son los que más los quieren, y no hay que esperar a que en un momento recen por nosotros, sino que hay que hacer, disfrutar, y lograr méritos en la vida para no sentirnos tan solos.

 

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