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misioncultural

A abrir camino me llamas

No hay caminos en mi vida, Señor;
apenas senderos
que hoy abro y mañana desaparecen.
Yo estoy en la edad de los caminos:
caminos cruzados, caminos paralelos.
Yo vivo en encrucijada
y mi brújula, Señor,
no marca el norte.
Yo corro cansado hacia la meta
y el polvo del camino
se me agarra a cada paso,
como la oscuridad a la noche.
Yo voy a galope caminando,
y a tientas busco un rastro,
y sigo unas pisadas. Y me digo:
¿Dónde me lleva el camino?
¿Eres quien ha extendido
a lo largo de mi vida un camino?
¿Cuál es el mío?
Si Tú me lo has dado
me pertenece.
¿Dónde me lleva? Si Tú lo has trazado
quiero saber la meta.
Señor, yo busco tu camino (sólo uno),
y me fío de tu Palabra.
Dame fuerza, tesón a cada paso
para caminar contigo.
Yo busco ahora un camino, Señor.
Tú, que eres Camino,
da luz verde a mi vida
pues a abrir camino Tú me llamas.

http://pastoralsj.org/

 

El camino propio es de lo más apasionante. Saber que ahí está lo más querido, lo que nos llena, lo que nos deja el corazón rebosante de alegría. El camino propio es el camino de la felicidad y de la autorrealización. Pero ¿cuál es mi camino? ¿Cuál de todos los que tengo a mi alcance es el que más me conviene? ¿Cuáles ejemplos de vida son más edificantes? Dice José Alfredo Jiménez, filósofo popular: cuatro caminos hay en mi vida/¿cuál de los cuatro será el mejor? ¿Cómo escoger camino? Esta es la tarea más importante y la más grande que tenemos. El camino nos sale al paso después de preguntar, meditar, pensar, dialogar, vivir, comprometerse, errar, corregir, aceptar críticas, abrise a los cuestionamientos de la realidad, humildad para saberse limitado.

 

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